Pop – R&B/Soul – Rock/Punk

Sphinxes es una canción que trae en su esencia la simplicidad del amor. Ese amor cotidiano, ágape, amor que da, amor incondicional, amor que se rinde, o incluso aquello que como diría Nando Reis «Para ti guardé el amor. Que nunca supo dar. El amor que tuve y vi sin dejarme. Sentir sin poder saborear. Sin entregar y compartir». La música y las letras provenían de un solo asiento. Algo que considero raro, solo sucede allí de vez en cuando, y que «no tiene explicación», como ya dice la propia canción. Era solo la dedicación de un hombre a una mujer, pero poco a poco me di cuenta de que, aunque simple, conlleva una misión gigantesca. Incluso sin tener esta ambición, me di cuenta de que es una invitación a la reflexión, y una oda a todo tipo de amores. Amor por mi pareja, mi madre, mi hija, mi perro… o cualquier otro tipo de amor que sea sincero, que no necesite lujos, desde la torre Eifel, joyas o Chanel. Estas son cosas que solo suceden cuando el universo conspira a nuestro favor, y para ello necesitamos pensar y actuar voluntariamente, sin crear expectativas. Basta con estar con una mente tranquila, un corazón erecto y un corazón tranquilo, citando ahora al (mal) bendito genio Walter Franco. Cristiano Silva de Lima – compositor, letrista y creador de Mechanical Lemonade Sphinxes fue grabado en Cachoeira do Sul, RS, en el sur de Brasil, las bases y voces fueron grabadas en vivo en el estudio de Flavio Cunha, con regrabación de voces y guitarras en la tierra natal de Mechanical Lemonade. Marcelo Ritter, guitarrista y director musical del tema, también cachoeirense erradicado ahora en Bahía, noreste de Brasil, agrega las guitarras, finaliza el arreglo y despacha a Cristiano Scherer el productor de la pista y creador del sello CWS Discos, también nacido en Cachoeira do Sul mezcla, adelante para masterizar y preparar el lanzamiento y distribución. El máster tiene lugar en Porto Alegre, también al sur de Brasil, con el maestro Marcos Abreu. Al igual que las otras pistas producidas, el proyecto Mechanical Lemonade es este, la unión de amigos, compatriotas, colegas, socios y todos aquellos que creen y persiguen sus sueños. Mechanical Lemonade surgió al comienzo de la pandemia, que a partir de los cambios creó una oportunidad para existir.
El arte por el arte es el objetivo, pero sin demagogia. Una receta autobiográfica en la letra, pero ante todo un proyecto casi espontáneo de cinco amigos, que intercambiaron ideas mientras cruzaban los caminos (marginales) de la vida. El crecimiento personal, los intensos intercambios e interacciones filosóficas, así como algunos etilicos, son ingredientes de esta mezcla… o ese jugo, por así decirlo. Es algo visceral, vivo, palpitante, que brota. La limonada no vino a aclarar, llegó a confundir, y contagiar sentimientos únicos que para nosotros tienen mucho sentido. Las distancias, las dificultades del viaje, nada de esto nos impide existir y lanzar nuestro grito de amor al mundo.