A más de medio siglo de su formación en un suburbio industrial de Birmingham, Black Sabbath bajó el telón con un show de despedida tan colosal como emotivo. Bajo el nombre de Back to the Beginning, el evento se consagró como una celebración maratónica de 10 horas que reunió a leyendas del mundo del rock y el metal para rendirle tributo a la banda que inventó un género.

A continuación, los cinco momentos más inolvidables de una jornada histórica para el metal.

1. El mejor arranque posible

El homenaje comenzó con la fuerza avasallante de Mastodon, que no solo abrió el festival sino que marcó el tono para lo que vendría. Su versión de «Supernaut» fue arrolladora, con el baterista Brann Dailor en el rol de vocalista y un «círculo de bateristas» que incluyó a Eloy Casagrande (Slipknot), Mario Duplantier (Gojira) y Danny Carey (Tool), quienes le dieron más épica a la apertura de la jornada.

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2. Supergrupos y un cruce generacional entre bandas

Si hay algo que caracterizó al evento fue el cruce entre bandas y músicos consagrados del rock y el metal. Por ejemplo, Travis Barker (Blink-182), Chad Smith (Red Hot Chili Peppers) y Danny Carey se turnaron para interpretar una versión distorsionada y funk-metal de «Symptom of the Universe», liderados por Tom Morello en guitarra.

Luego, en un tramo que rozó lo místico, se alinearon varias constelaciones del rock: Ronnie Wood (The Rolling Stones), Steven Tyler (Aerosmith), Billy Corgan (Smashing Pumpkins), Papa V Perpetua (Ghost), Vernon Reid (Living Colour), Sammy Hagar y más conformaron un supergrupo para interpretar ocho temas en total. Versionaron clásicos de Ozzy y Sabbath, pero también se permitieron algunas licencias: «Breaking the Law» de Judas Priest, «Walk This Way» y un final histórico con «Whole Lotta Love».

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3. Los herederos de Sabbath: Metallica, Slayer, Tool y Pantera

«Sin Sabbath, no habría Metallica”, dijo James Hetfield de Metallica durante su show en Back To The Beginning. «Gracias por darnos un propósito en la vida”, agregó antes de desatar la locura con «Creeping Death» y luego seguir con «For Whom the Bell Tolls” y “Master of Puppets».

En la misma línea, bandas históricas como SlayerTool Pantera demostraron su respeto y admiración por el legado de Osbourne y compañía, con interpretaciones efusivas que llevaron al público del Villa Park a saltar y poguear al ritmo de algunos de los riffs más famosos del metal.

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4. Ozzy y su trono: el show solista del «Príncipe de las Tinieblas«

En uno de los momentos más íntimos y emocionantes de la jornada, Ozzy Osbourne apareció solo -o casi- al frente del escenario, sentado en un trono negro adornado con un murciélago gigante. «Estuve postrado seis años, no tienen idea de lo que esto significa para mí«, dijo el vocalista ante una multitud que lo ovacionaba.

Acompañado por su inseparable guitarrista Zakk Wylde, Ozzy repasó cinco de sus temas solistas más emblemáticos, entre ellos «I Don’t Know», «Crazy Train» y una versión emotiva de «Mama I’m Coming Home», demostrando que su voz -a pesar de los problemas de salud que tuvo- sigue intacta.

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5. La última presentación de Black Sabbath

La jornada culminó con el momento más esperado. Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward -la formación original de Black Sabbath- se reunió una vez más para cerrar el círculo perfecto. Abrieron con “War Pigs”, siguieron con “N.I.B.” y “Iron Man” y finalmente hicieron estallar el estadio con una versión apoteósica de “Paranoid”.

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Fue breve, contundente y, sin lugar a dudas, uno de esos momentos bisagra en la historia del metal. No solo por la despedida de una de sus bandas más emblemáticas y pioneras, sino por la intensidad, la emoción y la suma de instantes inolvidables que atravesaron la jornada histórica.

Así se despidió Black Sabbath y sus miembros originales: con entereza, pasión, gloria, amor, amistad y la certeza de que el final -como bien sugiere el título del show- es también un regreso al principio. Cuatro obreros de Birmingham haciendo lo que mejor saben hacer.

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