La banda sonora de TRON: Ares muestra a Trent Reznor y Atticus Ross equilibrando la abstracción y la agresividad

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Trent Reznor suele mantener su faceta intelectual de compositor de bandas sonoras ganadoras de Óscar relativamente separada de su actividad principal como el frente Nine Inch Nails. Pero la banda sonora que él y su colaborador habitual Atticus Ross han creado para TRON: Ares es la primera vez que ha puesto la marca NIN en su trabajo cinematográfico. El nuevo álbum, el primero de Nine Inch Nails en cinco años, muestra a Reznor sumergido en todos sus temas favoritos: los sintetizadores de los ochenta, la violencia del rock industrial, el minimalismo del metal, las miniaturas de piano invernales, la segunda cara del álbum Low de David Bowie y el rincón más sudoroso del club gótico para todas las edades.
De las 24 canciones que componen el álbum, cuatro cuentan con la voz de Reznor. ‘As Alive As You Need Me to Be’ es puro oro negro de la vieja escuela de Nine Inch Nails —un tema oscuro y escabroso con Reznor rimando “infección” y “conexión” en un retorno ritual a sus grandes temas del poder, la sumisión y el control. El giro argumental es un coro de vocoder “yeah yeah yeah” que evoca a Daft Punk poniendo banda sonora a un rave en un cementerio. ‘I Know You Can Feel It’ suena como una loca canción grunge de los noventa devorando una triste canción trip-hop de los noventa, mientras Reznor entona un himno a la anticipación depredadora. La desoladoramente hermosa ‘Who Wants to Live Forever?’ establece su desolado gemido-canto sobre capas de hielo ambientales y cuenta con la encantadora y discreta colaboración a dúo de la artista española Judeline.Y termina el álbum con otro tema lleno de rabia y pesimismo, ‘Shadow of Me’. Temas igualmente intensos como ‘A Question of Trust’ y ‘Target Identified’ podrían haberse convertido en contribuciones igualmente destacadas al canon de NIN si Reznor les hubiera añadido voz.
El resto del álbum es una fascinante colección de bandas sonoras cinematográficas. En los dos últimos lanzamientos de Nine Inch Nails, Ghosts V: Together y Ghosts VI: Locusts, ambos de 2020, Reznor se adentra en lo más profundo de la abstracción y la desolación sin ritmo, con resultados sorprendentemente convincentes. Gran parte de este material sigue la misma línea, a menudo impregnado de drones, zumbidos y ruidos de sintetizadores vintage que evocan el futurismo de ciencia ficción de principios de los ochenta que encarnó la primera película de TRON en 1982. Reznor también es productor ejecutivo de la nueva entrega de la franquicia, que trata sobre el primer encuentro de la humanidad con seres de inteligencia artificial, y se inclina por el carácter distópico y espeluznante de ese concepto con los títulos y las vibraciones de ‘Building Better Worlds’ y ‘Empathetic Trust’. Citando a uno de los compañeros de viaje de Reznor en el rock alternativo, seremos excelentes mascotas.
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Solo un masoquista se sentaría a escuchar más de una hora de este álbum de principio a fin —lo que significa que está perfectamente dirigido al público principal de Nine Inch Nails. Tomados de forma aislada, algunos de sus mejores momentos —como ‘Echoes’, que recuerda a Erik Satie convertido en Cylon, y ‘Infiltrator’— presentan una implosión seductora y llena de bajos, presentan interesantes giros en la tensión entre el hambre demasiado humana y la angustia androide con la que Reznor ha estado jugando durante décadas. Para el próximo verdadero disco de Nine Inch Nails, debería buscar un equilibrio más completo entre la agresividad y la abstracción. Quizás tengamos un nuevo Downward Spiral para nuestros tiempos.